martes, 27 de diciembre de 2011

Me ha tocado dar un curso de formación

Buenos días querido lector!

Después de un pequeño paréntesis vuelvo para contarte una de las experiencias más interesantes que he tenido en este mes de diciembre. Se trata de un pequeño curso de formación (relacionado con los adhesivos… qué si no!!) que impartí a un grupo de personas, ya que me lo pidió un buen amigo.

Estas personas trabajan regularmente con adhesivos, están habituados a ellos y realizan bien su trabajo. Pero… podrían hacerlo mejor? Claro que sí! Para eso se idearon las formaciones continuas!! Y. como ya he dicho en ocasiones anteriores, en el mundo de los adhesivos (para aplicaciones industriales o caseras…) hay que estar bien (in)formado, para saber lo que se hace y por qué se hace y evitar errores (y no decir eso de… “esta cola es una mierda!!!”, uff.. me pongo nervioso cada vez que se lo oigo decir a alguien que la está utilizando mal..).

En mi opinión, esta (in)formación es más importante aún para perderle el miedo y para confiar en su uso.

Lo primero que hice cuando me propusieron esta oportunidad fue analizar el grupo de personas al que iba dirigido y definir bien los objetivos del curso. Es decir, qué quería conseguir que aprendieran y cómo lo quería conseguir. Parecen dos aspectos obvios… pero sobre todo, en el segundo, hay que tener en cuenta a quién te diriges. Debo recordar en este punto algo muy importante y por eso lo voy a poner en un párrafo independiente:

En este mundillo, todos los individuos somos personas, los mandos, los técnicos, los aplicadores… todos!! Por lo tanto, es necesario conocer nuestras inquietudes, qué nos importa e interesa, qué nos afecta… y todos merecemos ser tratados con igualdad y respeto. No estoy hablando del ámbito personal de cada uno (qué lógicamente, eso se debe quedar en la intimidad), si no de los aspectos que influyen en las relaciones laborales (has pensado ya alguna vez que pasas, como mínimo, un tercio de tu día en el trabajo? Más vale que estés a gusto…).

Pues bien, teniendo en cuenta que mis alumnos eran aplicadores, dividí el curso en dos partes:

  1. una teórica, donde quería que entendieran el fundamento básico de los adhesivos: qué son, qué tipos hay, cuáles utilizan ellos (importante, para que se sientan identificados), cómo curan, qué factores ambientales les afectan, etc.
  2. otra parte práctica y de gestión, para que entendieran que el uso de adhesivos requiere cuidar el proceso, para conseguir uniones de calidad (en otro post te explicaré qué importancia tiene esto, ahora no te preocupes), explicando desde el almacenamiento hasta los tratamientos superficiales más habituales para ellos (existen numerosos tratamientos, pero si no los van a usar a día de hoy… sólo conseguiría aburrirlos…).
Ahora lo importante es el cómo. Es decir, cómo explicar todo esto sin que pierdan el nivel de atención. Yo hice lo siguiente (ya me dirás qué te parece…):

  • utilizar una lenguaje “apto para todos los públicos”, es decir, sin excesivos “palabros” técnicos que abrumen a la audiencia (más o menos lo que busco en este blog… lo consigo?)
  • utilizar ejemplos prácticos que todos podemos conocer (ejemplo: identificar un elastómero con un tejido de punto... Qué ocurrencia, no??? Pues perfecto para que alguien no iniciado le ponga una imagen a esto tan abstracto!!!);

  • identificar la lección con aspectos suyos, de su día a día, para que se sientan identificados;
  • pedir su opinión (y escucharla con atención!!) para que expresen su punto de vista, e ir adecuando la presentación (y/o el contenido) a sus intereses, buscando cumplir con mis objetivos.
Como dice un anuncio ahora… “Porque, los profesores también aprenden” y, a mí concretamente, me gusta mucho aprender de las personas, escuchar sus ideas, para mejorar en lo que hago. Es muy sencillo escuchar con atención, aunque requiere un poco de esfuerzo personal… lo has probado? Pero, de verdad, ESCUCHAR.

Ahora sí, te lo tengo que decir… muchas gracias por tu atención!!! ;-)

No hay comentarios:

Publicar un comentario